free counters

   
 
  Escritos
 

Juguemos


Anda, sí, juguemos.
Juguemos a que reverdeció 
el desierto.
Los páramos vacíos 
nunca existieron.
Los aterradores yermos 
eran un espejismo.
Las íngrimas estepas, 
sólo cuentos.
Juguemos a que es amable 
el infierno.
Las ausencias voraces 
nunca nos poblaron.
Las infectas máscaras 
eran una ficción.
Los eternos dolores, 
sólo inventos.
Juguemos a que en verdad existes.
Juguemos al contacto.
Juguemos al reencuentro.
Juguemos al coro.
Juguemos al renacimiento.
Juguemos... 
 
 
Justine
28-09-11

Sonar en el Silencio

Tal vez si intensifico la onda,
logre sonar en el silencio.
Tal vez consiga salvar vacíos,
iluminar enigmas,
deshacer laberintos.
Acaso pueda cambiar
las sombras por destellos.
Acaso sea capaz de diluir escudos,
derribar nostalgias,
alumbrar respuestas.
Tiemblo.
Sonrío y tiemblo.
Y me siguen rondando
tus verbos.
Y me sigue visitando
tu esencia.
Y sigo sonriendo y temblando.
Y aventuro que tal vez,
si intensifico la onda,
lograré sonar en el silencio...
 

 
Justine
28-09-11

No Importa
 
No importa.
Nada importa realmente
que no sea la posibilidad
del contacto.
Nada en verdad cuenta
si no puedo aún
esperar el milagro.
No sé quién seas, pero tu voz
suena grabada
en una pretérita espera.
Como si tus palabras
me fueran cotidianas.
Como si lo hubiera olvidado
y siempre
has estado ahí.
No importa.
No importa ni siquiera
qué intento decir.
Ni siquiera qué siento.
No importa tampoco
que no sea lo mismo
para ti.
Tal vez sólo importa
al final
el miedo.
El temor vital que una vez más
me atrevo
a enfrentar.

 
 
Justine
28-09-11

EL Amor. Primera Parte.

En mi tránsito por este mundo he visto las múltiples caras que tiene el amor, todas apuntadas en el cuaderno de mi alma y mi memoria, a veces con hojas muy blancas, brillantes, nuevas y pulcras y a veces con páginas que han sucumbido al ocre y al color de la tierra, del polvo y del moho... 

La emoción incomparable del primer beso, el latir apresurado de la locura y la conciencia innegable de la propia existencia, el día y la noche mirando en sus ojos, su perfume y el espasmo, las íntimas quimeras, la incertidumbre y el miedo, el dolor,  el olvido y las nostalgias del olvido. Una fuerza tan delicada y letal que ha podido atraerme hacia pantanos profundos, alturas imposibles, silencios, abismos y mesetas. El amor nunca podría faltar en mi universo, aunque insista en proclamarme libre y rompa en mil pedazos su yugo.

Un largo suspiro en medio de la noche se parece a este amor que no estoy sintiendo, como un demonio que me acecha susurrando cosas que no comprendo. Me encontrará cansada y menos joven, escondida en el eterno círculo de mis pensamientos; tal vez me encuentre ya demente, repitiendo como un mantra que ya es demasiado tarde para fuegos fatuos e inviernos secretos.

Me seduciría de nuevo, demostrando que sentir tanto a veces es estúpido...
Tal vez venga y no me encuentre, porque las medidas del tiempo y de la vida, corren por pasillos diferentes.

O tal vez ya nunca regrese a donde la tierra es infértil y sólo crece la muerte y sus abrojos...
 
     
Vespertina

Sí que Importa

No importa lo enrevesado de tu nombre, la acepción o alusión que hagas; mucho menos si Baco te acompaña,  si fermentas el limón con la parchita, si conjugas la naranja y la nuez y el blanco y cristalino brebaje sutil; si tu nombre es un morfema o lexema, quizás ambos. Cuestión de gramática o semántica, quizás también.

Ya no importa el origen y el invento. Si vino de tierras lejanas, allá donde la piel es de ébano y azabache brillante y los cabellos esféricos, pero sin oropel y dientes relucientes y con grandes estuches no menos sensuales y con ojos expresivos y ojales muy abiertos que simulan mi blusa. Eso ya no importa, ya no importa lo sé. Ya no importan las vueltas que entre sábanas doy, ni desmenuzar tu nombre, pero sí que importa el canto del Carduelis. El cantar armonioso en atardeceres inigualables de esas latitudes, de ese sol naciente e imponente que adorna sin cesar. Sí que importan los tonos majestuosos del joven maestro, que rulos lleva por doquier, desde Rusia a Los Ángeles y a Alemania también.

Pero sí que importa la anuencia con que tus ojos consumen las líneas, niña vivaz y febril, reluciente y sensible de apetito insaciable.

Si habrás caminado por caminos apedreados de la tristeza o tal vez del desamor no lo sé, pero un Universo se abre ante ti no menos sublime y estrellado en la negra noche que inspira.

Y si el amor te ha sido esquivo, no desmayes. Es cuestión de tiempo, para sentir como lo haces y hacer latir el corazón como el Carduelis diminuto que se eleva por ese cielo de tu ciudad. En vano está decir que lo alcanzarás.

Siente como hasta ahora, lee como hasta ahora, consúmete todo el tiempo en el vasto Universo de la vida, pero sin mezquindad ni aspavientos. Habla con desparpajo y desnudez y con el sainete de tu nombre impón la melodía que debes llevar, pero sin contubernio, por favor. Eso no va contigo.

Niña Guara, me despido. Niña pita, ya me voy. Mientras, sigue leyendo líneas y líneas, estrofas tras estrofas, poemas tras poemas sin ninguna restricción. Te saludo con agrado y con mucha admiración. Sola estoy improvisando. Sola estoy sin audición. No hace falta, me entorpece. Están ustedes, mis amigas GRIEGAS.



Miranda

24-09-11


Silencios 
  
Estoy flotando entre piedras y ecos, el sonido de tu ausencia me agita, el sonido de mi vida no suena.

Te tengo y la vida se sumerge en la tempestad del rocío que cae silenciosamente, te tengo pero no eres mía, sólo te tengo por tenerte, sin mediación, escrúpulos, reglas ni juramentos.
 
 Tus palabras fueron una erupción de patrañas, un silbato ensordecedor que sólo me afirma que soy tuya, pero tú de nadie.

Y estas ahí, insinuando tu felicidad al mundo, presumiendo que tienes dueña, fingiendo ser lo que no eres, porque lo que eres soy yo, aunque ahora estés con ella.

Sé, bruma, sé esplendor, pero no intentes ser tú: eso sólo lo serás a mi lado, cuando yo quiera dejarte ser y  complementar esa mitad de ti que no encuentras a su lado, y que está dentro de mí.
 
 
 
Bohemia

Algo que Decir…

Vale la pena seguir transitando en esta vida agridulce. Indagar en tu mente infinita y en tus acciones perturbadoras. Sí, vale la pena correr el riesgo de sentarse a la espera, asuntos inconclusos, leer un libro y tomar el té, ansiando que tus ojos pasen cerca del tragaluz que tengo enfrente. Al otro lado de la acera, sólo el eco de tu voz se escucha, pero al mismo tiempo tus pequeñas manos se abandonan en mi pena y se pasean con desdén sobre mí...
 
Estoy aquí. No te oigo, te escucho. No te veo, te siento. Una vez más, sentada a la espera de que el insomnio decida salir de mi cuerpo. Camino, suspiro, enfurezco. No me muevo, no critico, no comento... Analizo. Las lápidas se pudren por dentro, la imaginación explota mis sentidos, mis papilas gustativas me exigen tu saliva. Mi olfato reclama tu aroma. Tus manos se acercan, mis labios susurran un ligero “Te amo” que se acerca a tus oídos. Tu sonrisa es fugaz, pasajera, pero nació. No sé si por mí, no sé si por ti, no sé si por esto.

Lágrimas que nunca existieron recorren tu rostro. En la soledad y la calma de esta habitación, donde soy un mueble más, agonizo. Hoy he visto los rayos del sol, he escuchado perros ladrar, a mi madre gritar y a mi hermano llorar. Otra vez intento decidir. Hace unos segundos intentaba convencerme de que eres real, que no eres parte de mi cruel imaginación. Hace millones de segundos mi seguridad estaba puesta en ti, en lo que es real. En tus ojos, tu cabello, tu olor, tu aliento, tu perversión.

Esto es un asunto inconcluso. Algo que no tiene ni pies ni cabeza, solo un corazón que late cuando está cerquita del tuyo. Esto no es la monotonía, esto es cada día contigo. Es diferente y tan igual cuando te beso, me miras y te miro. Esto son suspiros al viento, sonrisas en el momento, caminantes cansados de la brevedad. Esto no es sólo lugares, canciones, escenarios, ni personas. Esto, eres tú. Esto, soy yo. Esto no creo que sea amor, ni llega a ilusión. Esto es mi perdición, mi obsesión, mi visión, mi necesidad de quedarme en la siguiente estación. ¿Serás tú?... ¿Seré yo?... ¿Será un invento de las industrias?... No sé si existes, exististe o existirás. Sólo me limito a contemplar desde este mismo sillón. Esto solo es... Algo que decir...
 

Ofensas a Benedetti
30/08/2011

 

Me basta, pero no me sobra,
tener tu recuerdo que día a día visita y saluda mis inquietudes. 
No es suficiente dormirme con el eco de tu voz,
o con la sensación que me dejas con cada letra que grabo en mi memoria, 
para luego con mi poder transformarlo en tu piel, tu cabello, tus caderas, tu boca....
¡simplemente en ti!
 
 
 cOtU

Café Frío

Eres el café frío de mis días de verano. Me das del amargo de tus labios y un poco de tu sonrisa de hielo. Me das el color oscuro de tus pensamientos y la electricidad de tu ser, Cafeína. Quédate. Ven y altérame tan sólo con tu olor extravagante. Eres mi café frío de los días de verano. Un día, de mañana calurosa, desperté y, al buscarte, en los brazos de otra taza te encontré. Fuiste mi café frío... En los días de verano.

 
Claudia Iberluccea 
25/08/2011

Besos Suicidas
 
Mientras más siento tus labios, más me pierdo en el sendero de la pasión. Esos besos que rozan cada centímetro de mi cuerpo y me devuelven mi identidad, afianzan cada ramificación de mi cerebro y activan mis deseos de sentirte, de observar a través de ti un mundo que me he negado, de reírme de esas experiencias que son tan mías que te pertenecen, que me seducen, que gritan que merezco verlas.

Cada contacto me impulsa a devorarte la vida, a morder tu esencia, a recorrer tus caderas y darme el honor de sentirte mía, sin dudas, rencores, arrepentimientos u  obstrucciones.
 

Palpar tu piel aplasta mis ansias futuristas y me hace vivirte en hoy. Saborearte los pensamientos y defraudarme con mis desdenes. Quiero recordar cada segundo que yo no soy yo, que soy parte de ti, de esa alma indómita que creaste y que doblega la mía para amarte con pasión y con egoísmo.   

Quiero aprenderme tu vida, ser parte de tu pasado y de tu hoy, que me guardes en tu mesa de noche y me veas como al sueño de tu vida, que beses mi piel desnuda sin buscar aprobación alguna, que me dejes seguir sintiendo el calor de tu piel junto a mi cuerpo, que sea el despertar el testigo de nuestras sábanas por doquier, que el declarante de nuestros besos sea el latido de nuestras entrañas, y que puedas vivirme sin mirar lo que opaca mi ser ni intentar darle luz a lo oscuro de mis pensamientos. 
 
Seca con esos labios que tanto adoro mis días de tristeza y desasosiego, planta en mi vida motivos para alejarnos del mundo, enciérrame en el fondo de tu cuerpo y no permitas que me aparte de tus labios para respirarte la vida, para robarte los sentidos y revolcarme en tu charco de ideas indómitas y dueñas de mis movimientos.
 
Arrebátame la soledad e inúndame de paz, de placer, de deseo y de ti… Explótame con tus movimientos y deja de mí sólo lo necesario para vivir por ti.
 
 
Bohemia

TU VOZ Y TU RETRATO

Inconclusa te veo a través del cristal y tan sólo el retrato es lo que guardo de ti. Con él bosquejo a veces tus líneas imprecisas, tus líneas que me llegan pero a veces se van. No solo es trémula mi boca insensata y pecadora, también lo son mis ojos, y el cuerpo que casi desvanece cuando oigo del otro lado del aposento el arrullo que emites. Sonido celestial que invade mi razón y el corazón inquieto palpita sin cesar. Sigue, por favor, no te detengas. Sigue aniquilando mi alma con tu ardiente fervor. Sigue que estoy presta a dejar que seduzcas mi ser, mi alma y lo que queda de mí.


Miranda

TESTIGO SILENCIOSO
 
Como avellanas de colores, sus ojos observaron mi entrada en el umbral. Su garbo estilizado y copioso acomodó sus formas con total conveniencia. Imprecisas quizás estábamos las dos, inadvertidas como quien cree que el mundo ya no existe o, mejor aún, que el mundo es nuestro. Consensuada la acción, los pasos te seguí y pobres ya de ropa hicimos el ritual. ¡Qué loca afirmación de que estábamos solas y que las paredes blancas serian nuestro único testigo! De pronto, sus ojos rayados y sumisos resplandecieron en la noche fría y cálida a la vez. Al otro día, tal como llegue, él observó mi partida. Te despediste armoniosa y tierna, como sueles serlo, y viré mi mirada y él estaba allí. Él habría pensado que usurpé su lugar y que ya no tiene ama y ahora me tiene a mí.


Miranda

FICCIÓN

Vestí de blanco como la primera vez. Aún recuerdo ese día cuando sola, al final de la barra del bar, tus formas relucientes me guiaban, quizás con torpeza pero impetuosa. Estoy desvariando, lo sé. Y, ¿cómo detener la locura y el frenesí que me abordan y avasallan y estremecen y apasionan y colman con ráfagas que no puedo explicar? Esas perlas que guardas con cuidado en tu lindo estuche de terciopelo rojo y esos ojos luminosos de expresión que enloquecen con tan solo mirarlos, a la luz tenue que emite con mezquindad el escenario del lugar, acrecientan aún más mi furor y mi actitud de proseguir observándote, llenándote de misterio que agrada. Confundida estoy. Ya no sé cuándo te vi por primera vez: si esa noche al final de la barra del bar o quizás en la soledad de mi cuarto cuando vestí de blanco y posé frente a ti.


Miranda

SOY YO

¿Que quién soy? Ya no lo sé. Una mujer para amar o carente de todo. Estoy viva, siento, e incipiente he de ser, incipiente por ti, y con procacidad pensarán muchos. Otras gentes con mucha ignominia tratarán de apedrearme mas no me importa. Estoy en el sendero para ser feliz, para hallarla y crecer. No busco el encomio ni mucho menos. Sólo te busco a ti, mujer de rizos enmarañados y febril.


Miranda

Queremos saber si te gustan nuestros contenidos.
Comentar cuesta poco y nos anima mucho

 
 
 
  21061 visitantes (69330 clics a subpáginas) en esta página  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis