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  Escritos II
 

Pentagrama


Aperturo despacio cada hilera, los rayos van llenando mi habitación, cada rincón y secretamente iluminan mi mirada, respiro lo imperceptible y escucho el silencio de mi conciencia, no busco nada en específico, solo teclear, sentir, ignorar sentimientos, buscarle razón a lo irrazonable, acallar mi ideas de crearte.

No recuerdo la estación en la que estamos, me interesa poco definirla, en mi vida siempre es primavera, quizás otoño, a veces verano y para que me duelan las arterías invierno, siempre todo ¡ES!.

Y no me atrevo a modular, articular, profesar o inferir respecto a nada, no siendo superior a nadie, ni siquiera a mí, me convierto en lo que escucho, sonidos de bemoles, de altos, de bajos, de sostenidos, de pausas, y fuerzo mis párpados a sentir todo lo que puedan, me voy ligeramente acercando al estado de paz que quiero, una paz sin nombres, sin motivos ni apellidos, sin picardía ni circunstancias.

Levita mi sangre fuera de mi cuerpo, no tengo ya alma, ella va libre por el viento, muero en el intento de recordar donde estoy, un espíritu libre nunca lleva dirección, su avatar depende de la melodía , de la sencillez de la batuta del señor de la vida, de la ilusión, de la fe.

Me muevo  y soy implacable, fuerte, segura, ¡Yo!... paso la página y quedan dos líneas de partituras, ¿partituras? No las comprendo… no se comprende el sentir, se vive, se palpa y se extraña.

El ruido va y viene, es la persiana que me regresa a mi estado de vida, al extraño estado de vida.


Bohemia

Gotas

La humedad llena las calles de desasosiego mientras busco mi reflejo en los pozos de vacío, me empapan sentimientos inequívoco, corro hasta más no poder y me desplomo en la acera del vivir, del inicio del dolor, del fin del principio.

No valen excusas, son la salida de los que esconden su débil verdad, ¡no quiero verdades! Son la maldita herida de la realidad que nos sigue, nos instiga, arrincona y despedaza.

Solo una tempestad tan fuerte cubre lo oscuro de mis ojos, se vuelven los borrones de mis recuerdos en un huracán de maldiciones contra mi; recuerdos, pasado… pasado que olvido ocasionalmente para no recordarme contigo, aunque sin ti mis alas se desunen…

Y llueve… me abrazo a mis entrañas, a mis inicios, a las formas dispersas de las nubes que se consolidan, y respiro ese aire que quema mi alma, y al despertar sigo llorando, pero es un llanto fingido, solo son gotas de rocío que envuelven mi cuerpo, mi ropa, mis cosas… mi vida.


Bohemia

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